En una noche de invierno
Una niña pordiosera,
Con los pies casi desnudos,
Y las manecitas yertas,
cubriendo, a modo de manto,
con su falda la cabeza,
Y sin temor a la lluvia
Que cada vez más arrecia,
Contempla extasiada y triste,
El interior de una tienda
Que por su gusto en juguetes
Es de todas la primera.
cubriendo, a modo de manto,
con su falda la cabeza,
Y sin temor a la lluvia
Que cada vez más arrecia,
Contempla extasiada y triste,
El interior de una tienda
Que por su gusto en juguetes
Es de todas la primera.
- ¿Qué haces ahí? Le pregunta,
con voz desabrida y seca,
un dependiente, empujando
A la niña hasta la acera.
- ¡Déjeme usted! ¡Si es que estaba
mirando aquella muñeca!
- ¡Vaya! Retírate pronto
Y deja libre la puerta.
- ¿Dígame usted. ¿Cuesta mucho?
- ¿Quiéres marcharte, chicuela?
- Será muy cara, ¿verdad?
¡Lo que es que si yo pudiera!
- Los demonios con la chica
Pues no puede comprarla ella.
¡Lárgate a pedir limosna!
Y déjate de simplezas.
La muñeca que te gusta
vale un duro, ¡conque fuera!
un dependiente, empujando
A la niña hasta la acera.
- ¡Déjeme usted! ¡Si es que estaba
mirando aquella muñeca!
- ¡Vaya! Retírate pronto
Y deja libre la puerta.
- ¿Dígame usted. ¿Cuesta mucho?
- ¿Quiéres marcharte, chicuela?
- Será muy cara, ¿verdad?
¡Lo que es que si yo pudiera!
- Los demonios con la chica
Pues no puede comprarla ella.
¡Lárgate a pedir limosna!
Y déjate de simplezas.
La muñeca que te gusta
vale un duro, ¡conque fuera!
Marchóse la pobre niña
Ocultando su tristeza...
En vano pide limosna...
Ninguno escucha sus quejas...
Y desfallecida y débil
Cruza calles y plazuelas,
Recordando en su amargura
La tentadora muñeca...
- ¡Caballero, una limosna
A esta pobrecita huérfana!
- ¡Déjame, que voy de prisa!
- ¡Por Dios, señor! ¡Aunque sea
un céntimo!... ¡Tengo hambre!...
- (¡Pobre niña! ¡Me da pena!)
Toma.
- ¡Señor! ¡Si es un duro!
- Te lo doy para que puedas,
Siquiera por esta noche,
Tener buena cama y cena.
- !Déjeme usted que le bese
la mano!
- Quita, tontuela.
- ¡Que Dios se lo pague a usted!
¡Un duro!... ¡Estoy más contenta!...
¡No Será falso! ¿verdad?
- ¿Cómo muchacha? ¿Tú piensas?...
- No señor, perdone usted..
Pero... ¡Vamos!... la sorpresa...
¡Si voy a volverme loca
de alegría!...¡Quién dijera!...
¡Que Dios le premie en el mundo
Y le dé la gloria eterna!
- ¡Señor! ¡Si es un duro!
- Te lo doy para que puedas,
Siquiera por esta noche,
Tener buena cama y cena.
- !Déjeme usted que le bese
la mano!
- Quita, tontuela.
- ¡Que Dios se lo pague a usted!
¡Un duro!... ¡Estoy más contenta!...
¡No Será falso! ¿verdad?
- ¿Cómo muchacha? ¿Tú piensas?...
- No señor, perdone usted..
Pero... ¡Vamos!... la sorpresa...
¡Si voy a volverme loca
de alegría!...¡Quién dijera!...
¡Que Dios le premie en el mundo
Y le dé la gloria eterna!
Y apretando entre sus manos
Convulsivas la moneda.
Corrió por la calle abajo
Veloz como una saeta.
A la mañana siguiente
Se comentaba en la prensa
El hecho de haber hallado,
En el quicio de una puerta,
¡El cadáver de una niña
Abrazada a una muñeca!
Poema de Vital Aza